Hacía mucho que no me iba dos veces al año a la playa, tras la escapada que nos dimos mi esposa y yo ahora tocó el turno de ir a un todo incluido en la playa de Nuevo Vallarta (ahora Nuevo Nayarit).
No hubo eventos significativos de verdad, fueron días muy relajantes, inclusive rentamos una van para toda la familia para no tener que preocuparnos por quién se iría en cuál carro y con quiénes, simplemente nos subimos a la van y llegamos al hotel unas cuantas horas después.
Durante el trayecto intenté trabajar un poco y pude hacerlo por la mayor parte del tiempo aunque hubo momentos en los que el vaivén del vehículo me lo impedía.
Ya estando allá y tomando en cuenta mi experiencia de hacía unos días en la playa por mi cuenta y con los gastos normales me di cuenta de que sí es un poco más barato irse por cuenta propia a la playa, inclusive si se toman en cuenta los bufets, ya que ni mi esposa ni yo comemos demasiado, creo que al final de cuentas tuvimos una diferencia de por lo menos un 20 o 30% más de sobrecosto en el hotel todo incluido, con la diferencia que en el todo incluido no hay que hacer más que sentarse, pedir bebidas y atiborrarse de comida durante las horas que está abierto el comedor.