Las elecciones aquí en México son organizadas por un instituto ciudadano y son realizadas por ciudadanos comunes, para ésta elección me tocó ser un funcionario de casilla por lo que el primero de julio tuve que presentarme en la casilla donde me tocaba votar y organizar la elección al lado de algunos vecinos de la colonia los cuales fueron elegidos al azar así como yo.
Me desperté el domingo a las 6:30 para irme hacia la casilla donde ayudaría a verificar que se respetara la voluntad popular así como donde me tocaría ejercier mi derecho al voto, a las 7:15 ya estaba en la escuela donde se instalaría esperando a que llegara la presidenta mientras tanto, me comía un par de bizcochos de chocolate hechos con harina integral, más que nada para tener algo de energía durante la mañana, a las 7:45 comenzamos a armar la casilla, tras más de media hora de armado comenzamos con la votación, mi labor era llenar con datos las actas de inicio, final y de conteo de la votación además de verificar que el ciudadano estuviera en la lista nominal para entregarle las 3 boletas que le correspondían para elegir gobernante, senadores locales y alcalde, durante varias horas estuve realizando esta labor casi sin descanso, paré solamente para ir rápidamente al baño y para votar en la casilla contigua, al llegar las seis de la tarde cerramos la casilla, dimos por terminada la votación y comenzamos con el computo de los votos, lo cual nos llevó un par de horas más, terminamos a eso de las once de la noche, me tocó entregar el paquete electoral a la junta distrital, o como sea que se llame, llegué a mi casa pasada la media noche demasiado cansado, ni siquiera me metí a bañar, me arrojé a la cama y me dormí, ya vería los resultados de la elección al día siguiente por la televisión.
En resumen, fue una grata experiencia pero bastante estresante y cansada, creo que si volvería a hacerlo pero aun sabiendo lo que me espera, me dio gusto ser parte de ésta elección a pesar del sacrificio que significó.
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