Peleas de gallos

Como lo mencioné en la entrada pasada, antes de ver a Edén Muñoz el sábado 26 de abril pudimos presenciar las peleas de gallos, yo nunca lo había hecho en vivo, mi experiencia con el tema se reducía a unos cuantos segundos de videos que había visto en algún lugar por mera coincidencia, ver las peleas en vivo es algo completamente distinto.

Lo que a continuación voy a relatar viene aderezado con los comentarios que me hizo Daniel, uno de nuestros acompañantes del evento, aparentemente los gallos son criados y seleccionados por su agresividad para el combate, muchos de ellos se les cuida exclusivamente para la pelea, esta en su instinto enfrentarse a otro gallo, sin embargo en su ambiente "natural" el gallo derrotado simplemente huye sin heridas graves y raramente perece tras el combate, para asegurarse que eso no suceda en las peleas se les equipa con navajas para que el daño sea mayor y haya un ganador claro, aún así, hay algunos gallos que no quieren pelear y simplemente son descalificados del combate.

Ahora, la pelea de los gallos es algo brutal quizás algunas personas con una sensibilidad menor al sufrimiento animal podrían verlas sin ser afectadas, pero yo no soy una de esas personas, el primer combate que presencié comenzó con ambos gallos dándose de patadas, éstas suceden tan rápido que es imperceptible el daño que infligen hasta que se ve la sangre en las plumas o derramada en el suelo de tierra compactada el instinto de batalla es tal que los gallos continúan enfrentándose aún cuando se encuentran desangrándose por las heridas, cuando ambos gallos dejan de atacarse, el "juez" una persona que se encuentra justo afuera del ruedo les indica a los criadores que tienen 15 segundos para revisar al gallo y ponerlo de nuevo frente al otro para que vuelvan a atacarse, es aquí cuando los criadores realizan ciertas acciones para tratar de revitalizar al gallo, les acomodan las alas y ocasionalmente les dan respiración artificial, colocan su boca cubriendo el pico del gallo para hacer ingresar a la fuerza aire a sus pulmones, esto pues algunas heridas causan que éstos comiencen a colapsar, esto le da nuevos bríos al gallo a veces y hace que peleé un poco más, en algunas ocasiones inclusive les arrojan agua con la boca como si fuese una especie de aerosol, igual para generar en el animal una reacción que le ayude a seguir peleando, presenciar esto, las formas en las que se le fuerza al animal agonizante a seguir peleando mientras literalmente se desangra y poco a poco se va apagando su vida fue mucho para mí.

Las reglas para determinar al ganador son algo simples, el gallo cuyo pico toca el suelo es el perdedor, no recuerdo cuantas veces tiene que hacerlo pero así debe de ser, si el gallo muere pero su pico no ha tocado el suelo no se le puede determinar como el perdedor, el otro gallo puede estar agonizante, a punto del colapso, vivo pero si su pico toca el suelo es determinado como perdedor, otro de los momentos desagradables de la pelea es ver como estos animales luchan por mantenerse conscientes para continuar con la pelea mientras la sangre abandona de a poco su cuerpo y van perdiendo la fuerza de mantenerse erguidos, a veces ahogándose por las heridas que han sufrido, segundo tras segundo sus cuerpos van languideciendo hasta que uno de los dos cede y su pico toca el suelo, esto para la algarabía del público, algunos celebrando pues han ganado su apuesta y otros lamentándose por el dinero perdido, jugado sobre la vida del gallo.

El motivo de las peleas, las apuestas, un entretenimiento barbárico en el que se juega dinero, tras terminar el combate los gallos son desechados pues al ser criados de manera especial no se pueden comer, se les cría para que un día sean enfrentados a otro gallo y mueran, no hay más.

Fue una experiencia única presenciar las peleas, algo que no busqué y que no volveré a hacer pues como dije, no tengo corazón para ver a estos pobres animales sucumbir lentamente a la muerte mientras se les trata de inyectar vida el mayor tiempo posible para garantizar la victoria, victoria que se queda en la gente que paga por estos eventos, por los apostadores y los criadores que lucran con este "evento".