noviembre 16, 2011

Recuerdo Aleatorio #4897

Es curioso las cosas que uno recuerda. Habré tenido unos 6 u 7 años, lo se pues mi prima aun vivía en su antigua casa, solíamos ir ahí de pequeños por alguna razón que desconozco, quizás mi Madre iba a visitar a su hermana y nos llevaba pues no podía dejarnos solos en la casa o quizás nos dejaba encargados con mi Tía mientras iba al mercado, la verdad es que no tengo ni idea pero lo que si se es que tengo unas cuantas memorias de aquella casa y de aquellos días de mi niñez, aquel día estábamos jugando en la calle, justo afuera de aquella casa se encontraba un árbol de mango del cual no recuerdo haber probado su fruto, ese día de aquel árbol cayó uno de sus muchos habitantes hacia la banqueta de concreto, era nada mas y nada menos que una oruga verde y rechoncha un bicho que jamas había visto, aun se retorcía y reptaba intentando volver al árbol (me imagino), al verlo sentí una extraña mezcla de curiosidad, repulsión y miedo, era un animal extraño, verde brillante con lineas negras y puntos rojos, mas gruesa que mi pulgar y casi del largo de la palma de mi mano (en aquellos días) nos quedamos mi hermano, mi prima y yo mirándolo un poco hasta que llego mi primo (el hijo del medio de una familia de 3) el cual nos llevaba unos buenos 10 años, al ver la oruga y darse cuenta de nuestra precaución hacia con ella decidió tomarla con una servilleta e intento acercarla a nosotros, por nuestra parte al adivinar sus intenciones corrimos despavoridos hacia el cuarto de mi prima, lo único que recuerdo fue el miedo irracional que sentí al imaginar como seria tener a aquel pobre animal cerca de mi piel mientras huía de mi primo (que ahora que lo pienso no debía de ser TAN malo como lo imaginaba a esa edad), al llegar al cuarto de mi prima lo primero que hicimos fue cerrar la puerta con seguro y quedarnos empujando la puerta para de alguna manera evitar que mi primo la derribara y nos acercara aquella oruga (se que suena extraño pero a esa conclusión nos llevo el miedo), después de unos segundos comenzamos a escuchar un ruido que venia del espacio que había entre la puerta y el piso, cerca de nuestros pies, volteamos hacia abajo y repentinamente vimos la cabeza de la oruga, petrificados continuamos viéndola hasta que súbitamente el cuerpo al que pertenecía esa cabeza exploto, dejando salir una baba verdosa y transparente (esto pues mi primo intento pasar a la obesa oruga por debajo de la puerta empujándola con una regla que consiguió en algún lado), recuerdo que era bastante, una mancha de unos 15cm de diametro y como si se tratara de una sustancia radioactiva nos alejamos lo mas posible de la puerta y nos refugiamos en la esquina opuesta a esta... no recuerdo bien como termino este suceso, he estado tratando de recordar mas detalles pero mi cerebro decidió olvidar el resto de ese día, creo que decidió guardar solo la parte hasta que explotaba dicha oruga.

2 comentarios:

Juan Carlos dijo...

Demasiado desagradable por el lujo de los detalles jajaja

Juan Pablo L. dijo...

Yo creo por eso quedo guardado en mi memoria, mientras lo estaba escribiendo estaba sintiendo asco de acordarme de las visceras de oruga desparramadas