febrero 08, 2012

Recuerdo aleatorio #13272

Tengo pocos recuerdos del tiempo que pase en la escuela primaria (o muchos segun como se quiera ver), algunos buenos, algunos nitidos, algunos malos, algunos borrosos, y algunos que tienen una mezcla de estas 4 cualidades, la verdad es que he conocido gente que recuerda muchisimas cosas de su vida escolar y quisiera poder recordar muchas cosas pero desgraciadamente no es asi, en fin, lo que voy a contar fue un momento extraño que rara vez se repetira.
Normalmente nunca llegaba temprano a mi escuela, a pesar de que vivia a menos de 500m de ahi, pero uno de esos dias raros en los que llegue temprano me encontre con un amigo con el cual me llevaba bastante bien, se podria decir que era mi mejor amigo en la primaria, su nombre es Adolfo y aunque le he perdido un poco la pista me entere que se caso hace un par de años, en fin estando ahi con el platicando no se como pero le llego una idea, me dijo "vamos a ver si abrimos nuestro salon" normalmente los salones estaban cerrados y los abrian mientras nos formabamos para poder entrar, llegamos al salon y vimos que efectivamente estaba cerrado, de repente a Adolfo se le ocurrio la idea de pegarle de codazos para abrirla, asi, literalmente me dijo "las puertas se abren si les das codazos" era una idea suficientemente absurda como para funcionar asi que nos sentamos de espaldas a la puerta y comenzamos a darle de codazos (eramos un par de niños de 5to grado asi que no fueron golpes tan fuertes) pero despues de unos 5 segundos la puerta se abrio como por arte de magia y pudimos entrar, ahora, la maestra de 5to año que nos daba clases tenia la costumbre de prestarle la llave a 2 niños para que se aseguraran de que las bancas estaban en orden y que no hubiera basura antes de que entraran los demas (normalmente eran 2 alumnos elegidos por la maestra), ya cuando estabamos adentro Adolfo y yo a el se le ocurrio otra idea, asustar a ese par de incautos compañeros, asi que nos quedamos escondidos el en una esquina y yo debajo del escritorio de la maestra, esperamos un par de minutos y entraron 2 de nuestros compañeros y despues de unos cuantos segundos gritamos al unisono y miramos como aquellos niños huian del salon gritando con panico, nos reimos bastante salimos tranquilamente del salon nos fuimos por el pasillo de la segunda planta escondiendonos de la vista de todos, bajamos para hacer la fila y miramos como uno de nuestros compañeros le contaba lo sucedido a la maestra mientras el otro respiraba agitadamente, lo mejor de todo, es que nadie nunca supo que fuimos nosotros.

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