El domingo comencé a sentirme un poco mal de la garganta pero nada fuera de lo normal, no fue sino hasta que fui a dormir que experimenté una de las mayores inflamaciones de paladar que recuerde, estaba acostado y no podía respirar correctamente por lo que no podía dormir, tuve que pasarme sentado una buena parte de la noche hasta altas horas de la madrugada esperando a que la hinchazón disminuyera para poder dormir, no fue sino hasta pasadas las tres de la mañana que pude recostarme y conciliar el sueño, el cual no fue placentero, consistió en dormitar mientras me mantenía en una posición siendo despertado por la falta de aire cada pocos minutos, al siguiente día tuve que ir a trabajar con poco menos de tres horas de sueño, sobra decir que me encontraba sumamente cansado.
Ahora mismo aún me arde la garganta pero nada como lo sufrido de domingo a lunes.
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